Manuscrito V

Atracción crepuscular

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«No es tentación»,
tú me dirás.
No es seducción
en la amistad.
Es la ocasión,
casualidad,
que sucumbió
el sol al mar,
dulce atracción
crepuscular.

¿Qué esconden los segundos
que se estiran riéndose?
Aumenta la impaciencia
y se escapa un miércoles...

Llámame, y vamos a encontrarnos.
Hay flujo de pasión, lo sé,
y puede derrotarnos.
Mírame, la noche está en penumbra
y el brillo de tus ojos es
la antorcha de la luna.

Lo sabes tú
y nadie más:
que mi virtud
es animal,
mezcla de luz
y oscuridad.
Tu mar azul
verano da;
es la quietud,
es naufragar.

Olvídate del mundo
que suspira viéndote.
Las olas son testigos
de este cielo abriéndose...

Ámame, la noche nos oculta.
Perdamos el control, mujer,
mi norte es tu figura.
Bésame, el cielo está en tus labios.
Hay tiempo de pensar después,
no vamos a excusarnos.
Ahógame, y envuélveme en tu espuma
que anclado de tu mano iré
de nuevo a las alturas.


Homo Vagans | El vértigo de la vida