Manuscrito V

Desierto

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Oigo tu voz lejana en el desierto,
un aroma fugaz entre las dunas...
Son tus ojos dos nubes en el cielo
que invoco hasta que el ansia me consuma.

Las ruinas de otros hombres, de templos antiguos
emergen de la arena en mil visiones.
Consulto a tus oráculos el camino,
mas la respuesta es el silencio de la noche.

Quizá para ti soy un forastero
cayendo en la trampa que finges, que encubres.
Muy dentro de mí arderán esos sueños
extraños, difusos, de la incertidumbre.

Veo las aguas en oasis perdidos
y al viento le exhalo mi vida y un nombre,
pues nada más sé si nada me has dicho...
tal vez no estarás en ese horizonte.

¿Por qué buscaré hasta el fin de los tiempos?
¿Por qué sigo aquí si no hay esperanza?
Errante pagano, este es mi tormento:
mi paz, espejismo; tu voz no me llama.


Homo Vagans | El vértigo de la vida