Manuscrito V

Discurso de la utopía u optimismo en el Nuevo Mundo

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Esta historia comenzó cuando se anunció en la Tierra que había vida en Marte.

Todo se podía esperar ese día, desde una guerra mundial hasta el brote de una pandemia con efectos devastadores nunca vistos. La humanidad entera esperaba todo, menos esa señal apresurada y desconcertante que el equipo de robots investigadores en el suelo marciano envió a la Tierra.

Era el momento. Inmediatamente apareció la Nave. Esta se posó en medio de la Plaza Roja ante una multitud que aún no terminaba de digerir el desayuno ni la noticia ni, mucho menos, terminaría asimilando el hecho de que la vida en Marte fuese inteligente.

La inmensa nave lanzó al suelo el Cilindro, del cual solo se pudo observar el deslizamiento silencioso de una puerta que se abrió sin revelar pasajeros en su interior. Ninguno de los atónitos espectadores se dio cuenta de nada más.

Así fue: silencioso es como empezó el cambio.

Muchos interpretaron la vacuidad del Cilindro como una señal de paz. Otros se preguntaban, con cierta desconfianza y temor, quiénes serían los seres que habían enviado una nave vacía sin dar la cara. Efectivamente, nunca se dio la cara ni se hizo ruido, pero la humanidad se logró transformar poco a poco en lo que se podría llamar una «sociedad sostenible».

Varios grupos de seres humanos alabaron la era de paz que se vislumbró desde ese día. Otros, llenos de miedo y violencia intentaron separarse de la nueva sociedad, aunque finalmente sus voces se fueron homogeneizando y diluyendo con las del resto. Era la clave de la paz: una sola voz en medio del silencio.

La transición fue gradual, pero firme. Apenas se hicieron ajustes y se puso en suspensión vital a unos cuantos individuos funcionalmente poco aptos para el cambio. La Tierra necesitaba ese nuevo orden para mantenerse viva, para ser un buen hogar, y continuar el Plan.

En otro tiempo se hubiera llamado «invasión» o «colonización», pero ¿qué invasión se realizó sin pérdida de vidas o destrucción? Yo lo llamo asistencia, beneficio mutuo, supervivencia.

Este planeta es acogedor. Ahora que no queda ningún cuerpo humano vacío y nuestras mentes pacíficas poseen la Tierra, puedo expandir mi Voz y declarar lo magnífico que es este lugar:

¡Este es el Nuevo Mundo que soñamos!


Homo Vagans | El vértigo de la vida