Manuscrito V

¡Gracias!

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La noche cayó, mas yo sigo despierto
y el tiempo se va como río hacia el mar...
Dame alas, oh Dios, para alzar libre el vuelo;
también a mamá cada mayo al tornar.

Solo ella sabrá cómo llora mi alma
y pide por mí como al cielo la flor.
La vida no es tan sencilla ni clara,
mas no hay en el mundo mejor oración.

¡Gracias a ti!
¡Por todo y más, querida madre!
Así,
rezo de pie en este valle.
Por ti,
las velas arden en silencio...
Eres mi faro en mi vivir
que en tierra extraña brilla eterno.

Camino y me encuentro con encrucijadas...
a diario el destino me quiere probar,
pero el corazón lleno está de esperanza;
sus ojos me faltan, su voz y verdad.

Tan solo el amor curará mis heridas
cuando nuevamente la pueda abrazar.
Y mientras haré lo mejor en mi vida
pues ella bien sabe creer y esperar.

¡Gracias a ti!
¡Por todo y más, querida madre!
Así,
rezo de pie en este valle.
Por ti,
las velas arden en silencio...
Eres mi faro en mi vivir
que en tierra extraña brilla eterno...


Homo Vagans | El vértigo de la vida