Manuscrito V

Mi tierra

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¡Qué bello es el Cosmos y todas sus leyes
que unieron tus moléculas en su plan!
Doy gracias al destino que hizo que te encuentre:
una entre millones, mi otra mitad.

Doy gracias por tu tiempo y fe, tu risa tímida
cuando acaricio tu espalda.
Si el caos no me deja en paz, tú eres la única
que busco en cada mañana.

Eres tú
la orilla, la arena, el refugio al final de la niebla...
Eres mi tierra,
la estrella polar que me guía y me brinda certeza.
Eres mi tierra...
He visto fuego y llamas, solo fuego y llamas;
hasta ti, yo voy a ti.
Me das la luz y el agua, si tu voz me llama,
voy a ti para vivir.
Eres mi tierra...

Doy gracias al otoño que mostró tu cara
pues aquel diciembre te vio nacer.
Doy gracias a la tarde al fin de la jornada,
tus ojos que me eligen amándome...

La calma sigue al éxtasis, adormitándonos
como dos barcos del puerto.
Si vuelo como pájaro entre relámpagos,
por ti yo siempre regreso.

Eres tú
la orilla, la arena, el refugio al final de la niebla...
Eres mi tierra,
la estrella polar que me guía y me brinda certeza.
Eres mi tierra...
He visto fuego y llamas, solo fuego y llamas;
hasta ti, yo voy a ti.
Me das la luz y el agua, si tu voz me llama,
voy a ti para vivir.
Eres mi tierra...

Gracias al mundo,
al mar en calma,
a tu paciencia
cual frutos que reposan en invierno,
a tu futuro
y a la confianza
de que allí estaré.

La orilla, la arena, el refugio al final de la niebla...
Eres mi tierra,
la estrella polar que me guía y me brinda certeza.
Eres mi tierra...
He visto fuego y llamas, solo fuego y llamas;
hasta ti, yo voy a ti.
Me das la luz y el agua, si tu voz me llama,
voy a ti para vivir.
Eres mi tierra...


Homo Vagans | El vértigo de la vida