El afán de perfeccionismo ―quizá por miedo a la crítica― pone obstáculos para la creación auténtica y es una de las causas de la procrastinación (dejar las cosas para después). La perfección absoluta no existe y no vale la pena buscar ese grial en detrimento de tu labor, sea cual sea.
Una cosa es la calidad y otra la perfección. La primera se logra con el trabajo constante en torno a una habilidad y objetivos claros. La segunda se logra solo en las fantasías y en el «mundo de las ideas».
No esperes a que llegue el momento perfecto para la obra perfecta... Podrías esperar toda una vida apagando las chispas de lo que pudieron ser galaxias enteras.
⎊ Codex Navigans