Manuscrito V

Sueño diurno

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Duermo para sobrevivir. Para que la realidad y sus pesadillas no desborden mi frágil razón. Para que el deseo y sus fantasías no abrumen mi vulnerable sensibilidad. Para que la imaginación y sus quimeras no dispersen mi tenue espíritu.

Duermo para encontrar mi paz. Para que la incertidumbre y sus espinas no desgarren mi mente. Para que la indiferencia y su ácido no corroyan mi corazón. Para que la inquietud y sus brasas no consuman mi alma.

Allí, en el sueño, donde todo es sustancia onírica, perfecciono el arte alquímico de transmutarme para transformar algún día la realidad. Entretanto, escapo del otro refugio contra ella: el abismo de la locura.


Homo Vagans | El vértigo de la vida